No te perdonan

No te perdonan la mirada milenaria, la verdad que cobra fuerza en tu garganta, el color de tu piel, tu dignidad ni tu proclama de memoria que libera. 

No te perdonan que tengas la razón, que le reclames al imperio por las muertes y el saqueo, no te perdonan tu desvelo por el pueblo. No te perdonan.

Los banqueros del mundo, miserables, te vienen a buscar echando fuego, con espuma en sus fauces que destilan el veneno de una furia que les pudre los despojos de su alma.

No te perdonan que tu nombre se haga bandera, que el viento te sostenga sin golpearte, que te abrace el amor más popular, el de aquellos que viven mejor por cada sueño que cumpliste para ellos.

No te perdonan, no te pueden perdonar, que seas justo, inteligente, un indio honrado al que no le pueden encontrar ni una mancha en su historial inmaculado.

Y entonces salieron a golpear, porque están hartos de no llenarse los bolsillos, de que los hayas hecho hincar frente al pueblo que es poder y es soberano. 

Eso nunca te lo van a perdonar.

Por eso fueron a llorar frente a su amo, presidente de un imperio infernal que va sembrando la muerte a cada paso. Incendiaron su país por 10 monedas, asesinaron a los propios sin piedad con un ejército de oscuros mercenarios.

Con la Biblia en la mano marcha el mal, disfrazado de ángel va el demonio por las calles humeantes de La Paz. Se ha inclinado a la derecha la brutal balanza se ha teñido de sangre la bandera, víctima multicolor de la venganza.

Bolivia llora y nosotros la abrazamos, marchamos junto a cada hermano despojado, cada pobre al que vuelven a empujar a los márgenes de un mundo destrozado. Bolivia llora hasta que te vea regresar a barrer los escombros de este infierno en que han convertido tu jardín de la equidad. 

Vas a volver hermano Evo, compañero, regresarás como regresa cada vez el Proyecto Nacional y Popular a enjugar las lágrimas del pueblo, a devolver la sonrisa una vez más a los que nunca en la historia se rindieron.

Volverás a tu tierra que te sueña y te agradece tu caricia en estos tiempos en que ganan las calles las mentiras, volverás por que de ellos es el capítulo brutal pero el futuro de victoria es siempre nuestro.