Trabajo de hormiga

Siempre dijimos que el nuestro era un trabajo de hormiga, laborioso, sin pausas ni desafíos imposibles. También reconocimos muchas veces el haber soportado mucho más peso del que creíamos poder levantar y, sin embargo, aquí estamos.
Resulta imposible no sentirse feliz por momentos, en medio del desastre incluso, porque cada vez somos más y también porque el regreso a la superficie está muy cerca.
Nuestro trabajo es subterráneo, pero no nos olvidamos nunca del sol, ese sol de TODOS que siempre estuvo allí, brillando a pesar de cada golpe recibido, cada ajuste, cada ahogo. A pesar de todo lo perdido y de los compañeros que quedaron en el camino por la feroz política de Estado de un gobierno cínico e indolente.
Hoy estamos acá, rediseñando el presente para aquello que vendrá, el trabajo cotidiano de la hormiga no se ve y cuando se detecta se combate, se ahoga o se envenena. Nunca fuimos hormigas destructivas, lo nuestro no es el acopio y el escondite, no devoramos ni devastamos; todo lo contrario.
Desde lo profundo iniciamos el trabajo, cada uno desde su lugar, sabiendo que marchamos unidos y organizados, con un proyecto claro, sin que nadie quede afuera ni a los costados.
Será por eso que llegamos a estos días donde todavía el maltrecho Minotauro lanza alaridos en medio de su laberinto, furioso y desorientado. Aquella figura todopoderosa, autoritaria y cínica, hoy gira como un niño asustado en su bicicleta huyendo de sí mismo y no encuentra el camino.

A partir de hoy este será nuestro hormiguero, abierto de par en par para seguir sumando, cada día, nuevos artículos, información, opinión, colaboraciones, noticias, literatura, humor, recomendaciones, comentarios y todo lo que nos ha reunido en estos años. Cambian las paredes pero el hogar es el mismo.

Muchas gracias y BIENVENIDOS.